La adquisición de objetivos generalmente implica tres componentes principales: detección, reconocimiento e identificación.
- Detección: Es la etapa inicial donde se detecta o percibe la presencia de un objetivo mediante sensores, radares, ópticas u otros sistemas de detección. Esto implica localizar objetivos potenciales en un área determinada.
- Reconocimiento: Una vez detectado un objetivo, el siguiente paso es reconocer sus características o atributos generales. Esto implica evaluar características básicas como el tamaño, la forma, el movimiento o la firma térmica para clasificar el objeto detectado como un posible objetivo de interés.
Identificación: El componente final es la identificación, donde se disciernen detalles o atributos específicos del objetivo para identificarlo positivamente como una entidad amiga, hostil o neutral. Esto puede implicar el uso de información más detallada, como marcas, insignias o patrones de comportamiento específicos, para confirmar la identidad del objetivo.
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El proceso de focalización generalmente implica cuatro pasos principales:
- Fix: Una vez localizados los objetivos, el siguiente paso es determinar con precisión su ubicación o coordenadas. Esto puede implicar un posicionamiento preciso mediante GPS, triangulación u otros métodos para establecer la posición exacta del objetivo en relación con las fuerzas amigas.
- Objetivo: El paso final es apuntar a los objetos identificados y rastreados para su participación o acción. Esto implica seleccionar objetivos específicos en función de su nivel de amenaza, importancia estratégica u objetivos operativos, y decidir acciones apropiadas como participación, vigilancia o reconocimiento adicional.
Buscar: El primer paso es encontrar o localizar objetivos potenciales en el área operativa utilizando fuentes de vigilancia, reconocimiento o inteligencia.
Seguimiento: El seguimiento implica monitorear el movimiento y el comportamiento de los objetivos identificados a lo largo del tiempo. Esto ayuda a predecir sus posiciones y comportamientos futuros, lo que permite una planificación y toma de decisiones eficaces.
El proceso de selección de objetivos de seis pasos es un enfoque estructurado que se utiliza en operaciones militares para garantizar una selección eficaz de objetivos y un enfrentamiento objetivo:
Decisión de atacar: este paso inicial implica evaluar la situación y tomar una decisión sobre si atacar objetivos potenciales en función de los objetivos operativos, las reglas de enfrentamiento y las consideraciones tácticas.
- Detectar: La detección implica el uso de varios sensores, fuentes de inteligencia o activos de vigilancia para detectar y localizar objetivos potenciales en el área operativa.
- Seguimiento: El seguimiento implica monitorear el movimiento y el comportamiento de los objetivos identificados a lo largo del tiempo para predecir sus acciones futuras y facilitar un compromiso efectivo.
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Identificar: La identificación requiere confirmar con precisión la naturaleza y las características de los objetivos detectados para distinguir entidades amigas, hostiles o neutrales.
Objetivo: La focalización implica seleccionar objetivos específicos en función de las prioridades operativas, las evaluaciones de amenazas y los objetivos de la misión. Incluye determinar el momento óptimo y el método de participación.
Engage: El paso final es atacar objetivos seleccionados utilizando armas, tácticas y procedimientos operativos apropiados. Esta etapa tiene como objetivo lograr los resultados deseados como neutralizar amenazas, apoyar operaciones de maniobra o alcanzar objetivos estratégicos.