¿Qué es la suplantación de identidad y un ejemplo?

La suplantación de identidad implica falsificar datos o hacerse pasar por una entidad legítima para engañar a otros. Por ejemplo, la suplantación de correo electrónico ocurre cuando un atacante manipula la dirección de correo electrónico del remitente para que parezca que el correo electrónico proviene de alguien que confía en el destinatario, como un colega o un banco. Esta técnica se utiliza a menudo en ataques de phishing para engañar a los usuarios para que revelen información confidencial o descarguen malware.

En pocas palabras, la suplantación de identidad significa hacerse pasar por alguien o algo más falsificando información. Puede implicar varios métodos, como cambiar los encabezados de los correos electrónicos, manipular las direcciones IP o crear sitios web falsos. El objetivo suele ser engañar a los destinatarios haciéndoles creer que la información falsificada es legítima, induciéndolos a tomar medidas que beneficien al atacante, como revelar datos confidenciales u obtener acceso a sistemas confidenciales.

Una suplantación de sitio web ocurre cuando un atacante crea un sitio web falso que se parece mucho al legítimo. Por ejemplo, un sitio web de phishing puede imitar un portal de banca en línea, con logotipos y diseños similares, para engañar a los usuarios para que ingresen sus credenciales de inicio de sesión. Los usuarios desprevenidos que ingresan su información en estos sitios sin darse cuenta la brindan a atacantes que luego la explotan para actividades fraudulentas.

La manipulación de direcciones implica falsificar la dirección IP de origen en las comunicaciones de red. Un ejemplo es la suplantación de IP, en la que un atacante cambia la dirección IP de origen de los paquetes para que parezcan provenir de una fuente confiable, como un servidor o dispositivo legítimo. Esta técnica se puede utilizar para eludir los controles de acceso, lanzar ataques de denegación de servicio u ocultar el origen de actividades maliciosas.

La suplantación de identidad y el phishing son tácticas interconectadas que se utilizan en el ciberdelito. La suplantación de identidad se refiere a la manipulación de datos para engañar a los destinatarios sobre el origen o la autenticidad de la información. El phishing implica específicamente el uso de comunicaciones falsificadas, como correos electrónicos o sitios web, para engañar a los usuarios para que revelen información confidencial como contraseñas o detalles financieros. Los atacantes a menudo combinan técnicas de suplantación de identidad con tácticas de phishing para crear escenarios fraudulentos convincentes que incitan a las víctimas a comprometer su seguridad sin saberlo.