Un sistema de seguimiento del terreno es un sofisticado sistema de aviónica diseñado para permitir que las aeronaves mantengan una altitud baja mientras siguen los contornos del terreno que se encuentra debajo. Este sistema es crucial para que los aviones militares que vuelan a baja altura eviten la detección de los sistemas de radar enemigos y eludan las defensas terrestres. Los sistemas de seguimiento del terreno utilizan radar, lidar u otros sensores para monitorear continuamente el terreno por delante y ajustar la altitud y la trayectoria de vuelo de la aeronave en consecuencia. Al ajustar automáticamente la altitud según los contornos del terreno, estos sistemas mejoran la seguridad del vuelo y la eficacia de la misión en operaciones a baja altitud.
El F-16 Fighting Falcon tiene una capacidad de radar de seguimiento del terreno como parte de su conjunto de aviónica. Esta capacidad permite al F-16 volar a baja altitud manteniendo una distancia segura del suelo. El radar de seguimiento del terreno del F-16 escanea continuamente el terreno que se encuentra delante y proporciona ajustes de altitud y trayectoria de vuelo en tiempo real al sistema de piloto automático del avión. Esta característica es particularmente importante para misiones que requieren penetración de espacio aéreo hostil o terreno accidentado donde es necesario mantener una baja altitud para el éxito y la supervivencia de la misión.
Volar «bajo el radar» se refiere al concepto de volar a altitudes y velocidades que hacen que una aeronave sea difícil de detectar por los sistemas de radar. La altitud exacta considerada «lo suficientemente baja» para volar sin ser detectada por el radar varía según las capacidades de los sistemas de radar y el terreno. Normalmente, los aviones militares que vuelan en misiones a baja altitud, como seguimiento del terreno o vuelos de siesta, tienen como objetivo permanecer por debajo de la cobertura del radar de los sistemas de defensa aérea terrestres. Esta altitud puede variar desde unos pocos cientos de pies sobre el nivel del suelo hasta varios miles de pies, dependiendo de los objetivos específicos de la misión, las características del terreno y el entorno de amenaza. El objetivo es minimizar la sección transversal del radar de la aeronave y aumentar la probabilidad de evadir con éxito la detección y el seguimiento de los sistemas de radar enemigos.