La compatibilidad electromagnética (EMC) se refiere a la capacidad de los dispositivos, equipos y sistemas electrónicos para funcionar dentro del entorno electromagnético previsto sin causar ni experimentar interferencias electromagnéticas (EMI) inaceptables. Garantiza que los dispositivos puedan coexistir y funcionar correctamente sin interferencias mutuas, lo que permite un funcionamiento fiable de sistemas de comunicaciones, electrónica de consumo, equipos industriales y más en un espectro electromagnético compartido.
EMI (interferencia electromagnética) se refiere a emisiones electromagnéticas no deseadas que interrumpen el funcionamiento de dispositivos o sistemas electrónicos. Puede provenir de diversas fuentes, como motores eléctricos, líneas eléctricas, transmisores de radio y otros dispositivos electrónicos. EMC (compatibilidad electromagnética), por otro lado, abarca tanto EMI como la capacidad de los dispositivos electrónicos para funcionar sin verse afectados por perturbaciones electromagnéticas externas.
Tener «certificación EMC» significa que un dispositivo o equipo ha sido sometido a pruebas y cumple con los estándares y requisitos reglamentarios relacionados con la compatibilidad electromagnética. La certificación generalmente implica pruebas de emisiones (EMI) para garantizar que el dispositivo no emita interferencias electromagnéticas por encima de los límites permitidos y pruebas de inmunidad a perturbaciones electromagnéticas externas para garantizar un funcionamiento confiable en diferentes entornos.
La seguridad eléctrica y la compatibilidad electromagnética (EMC) son conceptos estrechamente relacionados, pero abordan aspectos diferentes del rendimiento del dispositivo. La seguridad eléctrica se centra en prevenir peligros como descargas eléctricas y riesgos de incendio causados por fallas o mal funcionamiento eléctricos. EMC, por otro lado, garantiza que los dispositivos electrónicos funcionen correctamente en su entorno electromagnético sin causar ni ser susceptibles a interferencias que puedan alterar su rendimiento o el rendimiento de otros dispositivos.
La EMC es importante porque garantiza el funcionamiento confiable de los dispositivos y sistemas electrónicos en el entorno electromagnético e interconectado actual. El cumplimiento de los estándares y regulaciones de EMC ayuda a prevenir problemas de interferencia que podrían provocar un rendimiento poco confiable, corrupción de datos, fallas en las comunicaciones o riesgos de seguridad. También admite la interoperabilidad entre diferentes dispositivos y sistemas, lo que garantiza la compatibilidad y el funcionamiento fluido en entornos electromagnéticos compartidos, como oficinas, fábricas, hospitales y hogares.