La frecuencia muy alta (VHF) se utiliza en diversas aplicaciones debido a su capacidad para propagarse distancias relativamente largas y atravesar obstáculos como edificios y follaje. Uno de los principales usos del VHF es la radiodifusión y la transmisión de televisión. Las frecuencias VHF, que van desde 30 megahercios (MHz) a 300 MHz, se asignan para transmisiones públicas y comerciales, proporcionando programas de radio y canales de televisión a una amplia audiencia. Además, las frecuencias VHF se utilizan en comunicaciones de control de tráfico aéreo, comunicaciones marítimas y algunas aplicaciones militares donde es esencial una comunicación confiable a distancias moderadas.
La superfrecuencia (SHF), que oscila entre 3 gigahercios (GHz) y 30 GHz, encuentra aplicación en telecomunicaciones, comunicaciones por satélite y sistemas de radar. El uso de frecuencias SHF permite velocidades de transmisión de datos más altas y capacidades de imágenes de radar más precisas en comparación con bandas de frecuencia más bajas. Las redes de telecomunicaciones, incluidas las redes celulares y los servicios inalámbricos de Internet, a menudo operan en frecuencias SHF para satisfacer la creciente demanda de datos y soportar velocidades de comunicación más rápidas en distancias más cortas.
La frecuencia extremadamente alta (EHF), generalmente definida como frecuencias superiores a 30 Gigahercios (GHZ), proporciona varias ventajas en las aplicaciones modernas de tecnología y comunicaciones. Una ventaja significativa es la disponibilidad de anchos de banda más amplios, lo que permite velocidades de transferencia de datos más altas para los sistemas de comunicación inalámbrica. Las frecuencias EHF se utilizan en tecnologías de comunicaciones de ondas milimétricas, como las redes 5G, donde admiten velocidades de datos ultrarrápidas y baja latencia. EHF también se utiliza en comunicaciones por satélite, radioastronomía, teledetección y algunas aplicaciones militares y científicas donde se requiere transmisión de datos o imágenes precisas y de alta resolución.
Las altas frecuencias, en diversas bandas como VHF, UHF, SHF y EHF, se eligen para aplicaciones específicas en función de sus propiedades inherentes. Las principales razones para utilizar altas frecuencias incluyen su capacidad para transportar grandes cantidades de datos, su idoneidad para comunicaciones a corto plazo con interferencias mínimas y su capacidad para admitir tecnologías avanzadas como radar, satélite y redes inalámbricas de alta velocidad. Las altas frecuencias también permiten un uso eficiente del espectro electromagnético, permitiendo el despliegue de múltiples canales y servicios de comunicaciones sin interferencias significativas.
Las aplicaciones de frecuencia extremadamente alta (EHF), que suelen oscilar entre 30 GHz y 300 GHz, abarcan varias áreas tecnológicas. Una de las aplicaciones destacadas son las redes de comunicaciones inalámbricas 5G, donde las frecuencias EHF permiten velocidades de datos más rápidas y una latencia reducida en comparación con bandas de frecuencia más bajas. EHF también se utiliza en comunicaciones por satélite para transmitir datos y vídeos de alta definición, en sistemas de radar para obtener imágenes y detección precisas y en radioastronomía para estudiar fenómenos y objetos celestes. Además, las frecuencias EHF se utilizan en imágenes médicas, tecnologías de control de seguridad y comunicaciones militares para mejorar el rendimiento y la confiabilidad en diversos entornos operativos.