La longitud de onda de las ondas de radar depende de la frecuencia de la señal del radar y puede variar significativamente según el sistema de radar específico y su aplicación. Los sistemas de radar suelen funcionar en una gama de frecuencias del espectro electromagnético, desde frecuencias muy bajas (VLF) hasta frecuencias extremadamente altas (EHF) y más. La longitud de onda es inversamente proporcional a la frecuencia, lo que significa que las frecuencias más altas tienen longitudes de onda más cortas y viceversa. Por ejemplo, los sistemas de radar que funcionan en gigahercios tienen longitudes de onda que oscilan entre 7,5 centímetros y 15 centímetros. La longitud de onda específica de un sistema de radar determina sus capacidades de resolución y características de rendimiento.
El radar utiliza ondas electromagnéticas para su funcionamiento, normalmente en la parte de microondas del espectro electromagnético. Esto incluye bandas como la banda X, la banda S, la banda C y otras, cada una con rangos de frecuencia específicos y longitudes de onda correspondientes. Las frecuencias de microondas se eligen para el radar debido a su capacidad de penetrar diversas condiciones atmosféricas y fenómenos meteorológicos, como la lluvia y la niebla, al tiempo que proporcionan capacidades precisas de detección y edición. Las ondas de radar se transmiten desde la antena del radar, reflejan los objetos en su camino y se detectan cuando regresan al receptor del radar, lo que permite al sistema determinar la distancia, dirección y velocidad de los objetos.
El radar de banda C opera en un rango de frecuencia específico centrado en aproximadamente 4 a 8 gigahercios (GHz), correspondiente a longitudes de onda que van desde aproximadamente 3,75 centímetros a 7,5 centímetros. La longitud de onda exacta del radar de banda C puede variar ligeramente según la frecuencia específica en ese rango en la que opera el sistema de radar. El radar de banda C se utiliza comúnmente para una variedad de aplicaciones, incluidos radares meteorológicos, radares marítimos, radares de control de tráfico aéreo y comunicaciones por satélite. Su frecuencia y longitud de onda moderadas proporcionan un equilibrio entre resolución, alcance y penetración atmosférica, lo que lo hace adecuado para sistemas de radar de corto y medio alcance en diferentes entornos operativos.