¿Cómo se asignan las bandas de frecuencia?

Las bandas de frecuencia se asignan mediante acuerdos internacionales y organismos reguladores que supervisan la gestión del espectro. Estos acuerdos, como los fijados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), dividen el espectro de radiofrecuencias en bandas en función de sus características y usos previstos. Cada banda está asignada para servicios o aplicaciones específicos, como radiodifusión, comunicaciones móviles, comunicaciones por satélite e investigación científica. Luego, las autoridades reguladoras nacionales implementan estas asignaciones en sus jurisdicciones para garantizar un uso eficiente y libre de interferencias del espectro.

Las bandas de frecuencia se determinan en función de varios factores, incluidas consideraciones técnicas, características de propagación de ondas de radio en diferentes frecuencias y los requisitos de diversas aplicaciones. Por ejemplo, las bandas de frecuencia más bajas (por ejemplo, por debajo de 1 GHz) son adecuadas para comunicaciones de larga distancia debido a su capacidad para atravesar obstáculos y viajar largas distancias. Las bandas de frecuencia más altas (por ejemplo, por encima de 1 GHz) proporcionan una mayor capacidad de datos, pero pueden tener rangos de propagación más cortos y una mayor sensibilidad a la absorción y atenuación atmosférica.

La asignación de bandas de frecuencia se refiere al proceso de asignar porciones específicas del espectro de frecuencias de radio para diversos usos y servicios. Esto implica dividir el espectro en bandas y asignar estas bandas a diferentes aplicaciones en función de acuerdos internacionales, regulaciones nacionales y consideraciones técnicas. La asignación garantiza que diferentes usuarios puedan operar sus sistemas de comunicaciones y transmisión sin causar interferencias perjudiciales entre sí.

Las frecuencias satelitales se asignan mediante procesos regulatorios y de coordinación internacional, similares a las bandas de frecuencias terrestres. La UIT gestiona la asignación de órbitas y frecuencias de satélites a través de sus regulaciones de radio, que definen los derechos y responsabilidades de los operadores de satélites y garantizan un acceso equitativo a las posiciones orbitales y los recursos del espectro. La asignación de frecuencias satelitales considera factores como la ubicación orbital, la ganancia de la antena, los niveles de potencia y los criterios de protección contra interferencias para permitir que los servicios de comunicaciones, radiodifusión, navegación y teledetección sean eficientes y confiables.