¿Cuáles son las dos fuentes de interferencia electromagnética?

Dos fuentes comunes de interferencia electromagnética (EMI) incluyen motores eléctricos y líneas eléctricas. Los motores eléctricos generan EMI debido a las corrientes de conmutación y los campos electromagnéticos asociados con su funcionamiento. Las líneas eléctricas pueden emitir EMI debido a las corrientes alternas que transportan, especialmente si hay fallas o irregularidades en el suministro de energía.

Las fuentes naturales de interferencia electromagnética incluyen principalmente los rayos y la actividad solar. Los rayos pueden producir poderosos pulsos electromagnéticos que interrumpen la electrónica y las comunicaciones en un área amplia. La actividad solar, como las erupciones solares y las tormentas geomagnéticas, también puede inducir perturbaciones electromagnéticas que afectan las comunicaciones por satélite y las redes eléctricas de la Tierra.

Las causas de las interferencias electromagnéticas pueden variar ampliamente, pero los factores comunes incluyen campos electromagnéticos generados por equipos eléctricos, dispositivos electrónicos mal protegidos, interferencias de radiofrecuencia de transmisores vecinos y perturbaciones atmosféricas como tormentas eléctricas o radiación solar. Estas fuentes pueden interferir con las señales electrónicas, interrumpir las comunicaciones y afectar el rendimiento de equipos electrónicos sensibles.

La interferencia electromagnética que afecta la transmisión de datos puede provenir de fuentes como dispositivos electrónicos cercanos que operan en frecuencias similares, transmisores de radio, líneas eléctricas y prácticas deficientes de conexión a tierra. Estas fuentes pueden introducir ruido o distorsión en las señales, lo que provoca errores en la transmisión de datos, reducción del ancho de banda o degradación de la calidad de la señal en los sistemas de comunicaciones.

Existen varios tipos de interferencias electromagnéticas, incluidas las interferencias conducidas y las interferencias radiadas. La interferencia conducida se produce por contacto directo a través de materiales conductores como alambres o cables, mientras que la interferencia radiada se propaga a través de ondas electromagnéticas en el aire o en el espacio libre. Otros tipos incluyen interferencia transitoria (causada por cambios repentinos en las condiciones eléctricas), interferencia de banda estrecha (de frecuencias específicas) e interferencia de banda ancha (que cubre una amplia gama de frecuencias). Cada tipo puede afectar a los dispositivos electrónicos de manera diferente, lo que requiere estrategias de mitigación específicas.