- El radar, abreviatura de radio y detección de puntos, genera ondas electromagnéticas en el rango de frecuencia de radiofrecuencia (RF) o microondas. Funciona según el principio de transmitir pulsos cortos de ondas de radio desde un transmisor de radar. Estas ondas viajan a través de la atmósfera a la velocidad de la luz hasta encontrar objetos en su camino. Cuando una onda de radio golpea un objeto, parte de ella se refleja en el sistema de radar. El receptor de radar detecta estos ecos, que se analizan para determinar la distancia al objeto (alcance), su dirección (rodamiento) y, en algunos casos, su velocidad (desplazamiento Doppler). Al medir el retraso entre el pulso transmitido y el eco recibido, los sistemas de radar calculan la distancia a los objetivos detectados. Este proceso permite que el radar detecte y rastree objetos como aviones, barcos, formaciones climáticas y características del terreno en distancias cortas a largas, según el diseño y la frecuencia del radar.
- La tecnología de radar se desarrolló a través de nuevos avances e innovaciones a principios del siglo XX, impulsada principalmente por necesidades militares y de defensa. El concepto de radar surgió de experimentos realizados de forma independiente por varios científicos a principios del siglo XX, entre ellos Heinrich Hertz, Christian Hülsmeyer y Nikola Tesla. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron avances significativos en el desarrollo de radares, particularmente en el Reino Unido y Estados Unidos. Los primeros sistemas de radar operativos se desarrollaron con fines militares, inicialmente para detectar aviones y más tarde para rastrear barcos y submarinos. Estos primeros sistemas de radar evolucionaron rápidamente en alcance, precisión y confiabilidad, impulsados por las demandas de la guerra y las innovaciones tecnológicas como los magnetrones para generar señales de microondas de alta potencia y técnicas avanzadas de procesamiento de señales. La tecnología de radar de posguerra continuó avanzando a través de aplicaciones civiles y militares, incluido el control del tráfico aéreo, el monitoreo del clima, la exploración espacial y la investigación científica, estableciendo el radar como una tecnología crítica con diversas aplicaciones en la sociedad moderna.