El alcance máximo de los sistemas de radar puede variar significativamente dependiendo de varios factores, incluido el tipo de radar, su frecuencia de funcionamiento, nivel de potencia, tamaño de la antena y condiciones ambientales. En general, los sistemas de radar pueden detectar objetivos a distancias que van desde unos pocos metros hasta varios cientos de kilómetros. Por ejemplo, los sistemas de radar de corto alcance utilizados en aplicaciones automotrices suelen tener un alcance máximo de hasta unos pocos cientos de metros, adecuados para evitar colisiones y control de crucero adaptativo. Por otro lado, los radares de vigilancia de largo alcance utilizados en aplicaciones militares y de control del tráfico aéreo pueden detectar aeronaves y otros objetivos a distancias que superan varios cientos de kilómetros, incluso hasta miles de kilómetros en algunos casos. La gama factible de sistemas de radar es crucial para su aplicación prevista, lo que influye en la eficacia operativa y el conocimiento de la situación.
Los sistemas de radar para barcos, diseñados para la navegación y la seguridad marítimas, suelen tener alcances máximos que varían según el tipo y la instalación del radar. Los radares marinos pueden detectar otras embarcaciones, masas de tierra y sistemas meteorológicos para garantizar una navegación segura en masas de agua. El alcance máximo de los sistemas de radar para barcos puede ser desde unas pocas millas náuticas hasta más de cien millas náuticas, dependiendo de factores como la altura de la antena, la potencia de salida y la banda de frecuencia utilizada. Los radares marinos de corto alcance, a menudo utilizados para la navegación de proximidad y para evitar colisiones, pueden tener un alcance de varias millas náuticas. Los radares marinos de largo alcance, utilizados para detectar embarcaciones y obstáculos distantes, pueden ampliar su cobertura a más de cien millas náuticas, proporcionando alerta temprana y mejorando la eficiencia de la seguridad y la navegación marítimas.