El ruido marino en el radar se refiere a ecos o retornos no deseados generados por reflejos de señales de radar desde la superficie del mar. Estos reflejos pueden ocurrir debido a olas, ondulaciones u otras perturbaciones de la superficie del océano. El ruido marino aparece como ruido en las pantallas de radar, lo que dificulta distinguir entre objetivos reales y reflejos no deseados de la superficie del mar.
El desorden en un sistema de radar se refiere a cualquier señal o eco no deseado que interfiera con la detección y el seguimiento de objetivos reales. Puede deberse a diversas fuentes, como las características del terreno, los edificios, la vegetación, las condiciones atmosféricas y los reflejos de la superficie, como los ruidos marinos. El desorden puede degradar el rendimiento del radar al reducir la sensibilidad, provocar falsas alarmas o enmascarar objetivos reales.
La función del ruido marino en el radar es principalmente como fuente de reflejos no deseados que pueden oscurecer o enmascarar objetivos reales. Plantea desafíos para los operadores de radar al generar ruido en las pantallas de radar, lo que dificulta la detección y el seguimiento de objetivos con precisión. Comprender y gestionar el ruido marino es esencial para optimizar el rendimiento del radar, particularmente en entornos marítimos donde los reflejos de la superficie pueden afectar significativamente las capacidades de detección.
El ajuste del ruido del mar en el radar implica técnicas para minimizar su impacto en el rendimiento del radar. Un método consiste en ajustar la sensibilidad del radar o la configuración de ganancia para eliminar las señales más débiles que probablemente sean reflejos de interferencias. También se pueden utilizar algoritmos de filtrado para distinguir entre el desorden y los objetivos reales en función de las características de la señal, como el desplazamiento Doppler o la resistencia de la señal. Además, se pueden utilizar técnicas de procesamiento de señales de radar para mitigar los efectos del desorden y mejorar la detección de objetivos en entornos desafiantes.
La eliminación del desorden del radar implica técnicas avanzadas de procesamiento de señales diseñadas para distinguir entre reflejos de desorden y objetivos genuinos. El filtrado Doppler puede ayudar a separar los objetivos en movimiento de los reflejos de los ecos parásitos estacionarios porque los objetivos en movimiento exhiben diferentes cambios de frecuencia en relación con los ecos parásitos. Los algoritmos adaptativos de rechazo de parásitos pueden ajustar dinámicamente los parámetros del radar para eliminar los reflejos de parásitos y al mismo tiempo mejorar la detección de objetivos relevantes. Las técnicas de compresión de pulsos y las formas de onda de radar avanzadas también contribuyen a la reducción del desorden al mejorar la relación señal-ruido y mejorar las capacidades de detección de objetivos en entornos desordenados.