La función de la antena del radar es transmitir y recibir señales de radiofrecuencia (RF). Sirve como interfaz entre el sistema de radar y el entorno externo, emitiendo ondas electromagnéticas al espacio circundante y capturando reflejos o ecos de los objetos en su campo de visión. El diseño y las características de la antena del radar, como su tamaño, forma y patrón de radiación, determinan las capacidades del sistema en términos de rango de detección, resolución y cobertura angular. Al enfocar la energía emitida y capturar eficazmente las señales devueltas, la antena del radar desempeña un papel vital en el rendimiento y la eficiencia generales del sistema de radar.
La función de una antena en general es convertir señales eléctricas en ondas electromagnéticas para su transmisión y recibir ondas electromagnéticas entrantes y convertirlas nuevamente en señales eléctricas. En los sistemas de radar, la antena realiza estas funciones específicamente para las ondas de radio utilizadas en las operaciones del radar. Transmite pulsos de energía electromagnética generada por el transmisor del radar y detecta reflejos o ecos de objetos en el campo de visión del radar. La capacidad de la antena para irradiar y capturar energía electromagnética de manera efectiva impacta directamente en la sensibilidad, el alcance, la resolución y las capacidades direccionales del sistema de radar.
Los sistemas de radar utilizan varios tipos de antenas según su aplicación específica y sus requisitos operativos. Los tipos comunes incluyen antenas parabólicas, que son altamente direccionales y se utilizan para sistemas de radar de largo alcance, antenas de matriz en fase, que proporcionan dirección electrónica del haz sin movimiento mecánico, y antenas de bocina, que se utilizan en sistemas de radar que requieren una amplia cobertura del haz. La elección del tipo de antena está influenciada por factores como el patrón de radiación deseado, la frecuencia de funcionamiento, las limitaciones de tamaño y las condiciones ambientales en las que funcionará el sistema de radar.
El principio de funcionamiento de una antena de radar implica la transmisión y recepción de ondas de radio. Cuando el sistema de radar transmite un pulso de energía de radiofrecuencia, la antena convierte la energía eléctrica en ondas electromagnéticas, que se propagan por el espacio a la velocidad de la luz. Estas ondas viajan hacia afuera hasta que encuentran un objeto, momento en el cual parte de la energía se refleja hacia la antena del radar. Luego, la antena recibe estas señales reflejadas y las convierte en señales eléctricas, que son procesadas por el sistema de radar para determinar el alcance, el rumbo y otras características del objeto detectado. La eficacia de la antena de radar depende de su capacidad para irradiar y capturar energía electromagnética de forma eficaz, lo que permite una detección y medición precisas de los objetivos.
La función del sensor de radar es detectar, medir y procesar señales electromagnéticas reflejadas por objetos en el campo de visión del radar. El sensor de radar generalmente incluye la antena, que transmite y recibe ondas de radio, y el receptor y procesador de señales, que analizan las señales recibidas para extraer información sobre los objetivos detectados. Además de detectar la presencia de objetos, los sensores de radar pueden proporcionar datos sobre el alcance, la velocidad, la dirección y el tamaño de los objetivos, lo que permite aplicaciones como navegación, vigilancia, seguimiento meteorológico y operaciones militares. Los sensores de radar modernos pueden incorporar tecnologías avanzadas como procesamiento de señales digitales, conformación adaptativa y técnicas de imágenes de radar para mejorar su rendimiento y capacidades en diversos entornos operativos.