Las imágenes de radar funcionan emitiendo ondas de radio desde un sistema de radar, que viajarán al suelo o a un objeto y luego se reflejarán nuevamente en el receptor del radar. El tiempo que tardan las ondas en regresar, así como su intensidad y fase, se miden y procesan para crear imágenes. Estas imágenes pueden revelar características de la superficie, topografía y objetos, incluso en condiciones en las que las imágenes ópticas pueden fallar, como en la oscuridad o a través de una capa de nubes.
Las señales de radar funcionan transmitiendo ondas electromagnéticas desde un transmisor de radar. Estas ondas viajan por el aire y se reflejan en los objetos y regresan al receptor del radar. Se analiza el retraso entre la transmisión y la recepción, el cambio de frecuencia debido al efecto Doppler y la resistencia de la señal devuelta para determinar la distancia, la velocidad y el tamaño del objeto. Estos datos luego se utilizan para crear un mapa detallado de la ubicación y el movimiento del objeto.
Los satélites de radar funcionan llevando sistemas de radar al espacio para observar la superficie de la Tierra. Estos satélites transmiten pulsos de radar a la Tierra y recogen las señales reflejadas. Los datos de radar se procesan para generar imágenes y mapas de alta resolución, que pueden utilizarse para diversas aplicaciones, como vigilancia medioambiental, gestión de desastres y reconocimiento militar. Los satélites de radar tienen la ventaja de poder capturar imágenes independientemente de las condiciones climáticas y de iluminación, lo que los hace invaluables para la observación continua y confiable de la Tierra.