El radar de búsqueda aérea normalmente funciona en frecuencias de microondas, particularmente en los rangos de frecuencia de la banda S (2-4 GHz) o la banda L (1-2 GHz). Estas frecuencias son muy adecuadas para los radares de búsqueda aérea porque proporcionan un buen equilibrio entre alcance, resolución y penetración atmosférica. El radar de banda S, por ejemplo, ofrece una resolución relativamente alta y puede detectar objetivos pequeños a distancias medias y largas, lo que lo hace adecuado para aplicaciones como el control del tráfico aéreo, la vigilancia meteorológica y la vigilancia militar.
La banda utilizada para el radar de búsqueda aérea varía según el sistema de radar específico y su aplicación prevista. Las bandas comunes incluyen la banda S (2-4 GHz) y la banda L (1-2 GHz), que se utilizan ampliamente con fines de vigilancia y detección de largo alcance. La elección de la banda de frecuencia está influenciada por factores como el alcance deseado, el tamaño del objetivo, las condiciones atmosféricas y las consideraciones reglamentarias. Cada banda ofrece ventajas únicas en rendimiento y capacidades, lo que permite a los sistemas de radar detectar y rastrear eficazmente aeronaves y otros objetivos en el espacio aéreo.
La frecuencia del radar AWR (radar de control y alerta aerotransportado) se encuentra generalmente en los rangos de frecuencia de la banda X (8-12 GHz) o C (4-8 GHz). Estas bandas se eligen para el radar AWR debido a su capacidad de proporcionar alta resolución y precisión en la detección y seguimiento de objetivos aéreos a largas distancias. El radar de banda X, por ejemplo, proporciona una resolución fina y se utiliza habitualmente en aviones militares para aplicaciones de vigilancia, alerta temprana y seguimiento de objetivos. La frecuencia específica en estas bandas puede variar según los requisitos de diseño del sistema de radar y las especificaciones operativas.
El rango de frecuencia de los radares aéreos normalmente se extiende desde la banda L (1-2 GHz) hasta la banda Ku (12-18 GHz), cubriendo una amplia gama de frecuencias optimizadas para diferentes requisitos operativos. Las bandas de frecuencia más bajas, como la banda L, son adecuadas para la vigilancia y la penetración de largo alcance en condiciones atmosféricas, mientras que las bandas de frecuencia más altas, como la banda Ku, proporcionan una resolución y precisión mejoradas para la orientación y el seguimiento de aplicaciones. La selección de la gama de frecuencias depende de factores como el uso previsto del radar, los requisitos de rendimiento, las condiciones ambientales y las limitaciones tecnológicas. Los sistemas de radar aerotransportados aprovechan estos rangos de frecuencia para lograr diversas capacidades que van desde cartografía terrestre y observación meteorológica hasta detección de objetivos y navegación en diversas aplicaciones aeroespaciales y militares.